
Fotografía de estudio, hiperrealista y de altísima resolución, que captura un primer plano expresivo de un saxofonista afroamericano anciano. Su rostro, marcado por profundas arrugas y líneas de expresión que denotan años de vida y música, muestra los ojos cerrados en un estado de total concentración y éxtasis musical. El metal pulido de su saxofón tenor brilla intensamente, reflejando las luces cálidas y puntuales del escenario, que son de color ámbar y dorado. Se pueden apreciar las pequeñas gotas de sudor en su frente y los poros de su piel, con una textura increíblemente detallada. El fondo es un suave desenfoque bokeh de terciopelo oscuro (quizás un telón de fondo escénico), con la silueta apenas discernible de un baterista o pianista en la penumbra. La iluminación es dramática y de bajo key, con un claro contraste entre las luces y las sombras, destacando la forma de su cara y las curvas del instrumento. Capturada con una cámara Hasselblad X2D 100C y una lente de 110mm f/2.8, ISO 400. Profundidad de campo muy baja para un aislamiento extremo del sujeto, con un enfoque ultra-nítido en los ojos y el saxofón. Post-procesado para realzar la textura y el color, con un ligero granulado para un toque atemporal y artístico.